Anoche tuvimos otro acontecimiento con Julia. Acaba de cerrar perfectamente mi “habitación” cuando oí: “Oh My God” otra vez… Iba saliendo del baño, no vio el escalón y no volvió a meter las manos. Por dicha está bien y solo fue el susto. Tim le dijo que la va a dejar hoy en uno de los puertos en el hospital para que la revisen porque ya no puede ir más tiempo con nosotros… Siento pena por ella... y reflexiono en lo difícil que es para los seres humanos aceptar que no somos los mismos que fuimos en la juventud y que hay cosas que ya no podemos hacer más… Espero que cuando llegue a esa edad, tenga amigos que me recuerden lo que puedo o no puedo hacer…
La noche no fue tan fría y dormí más o menos bien…
Antes de empezar nuestro camino de vuelta a casa, dimos una vueltecilla por el pueblo de Cowell… Las calles estaban desoladas porque hoy lunes es festivo para ellos y no abren nada… El pueblo me pareció muy bonito como los otros pueblos que he visitado:
Port Augusta está ubicado en el extremo este de la Península de Eyre y por tanto es el paso de todos los viajeros que van hacia los Flinders o hacia la costa. Estuvimos un par de horas visitando el Museo del Outback. Ahí pude recorrer Australia tanto en su historia como en su geografía. Me llamó mucho la atención que el peso en la historia de su país lo dan más hacia los colonizadores que así los aborígenes que sobrevivieron a estos terrenos mucho mejor que los que vinieron a “conquistar”.
Julia se quedó en Port August para ser revisada en el hospital. Espero que esté mejor de salud y que regrese pronto a casa y se deje cuidar por sus hijos.
400 kilómetros al sur hacia Adelaide era nuestra meta e hicimos un par de paradas: la primera en una parque nacional que estaba repleto de personas acampando, pero que pudimos hacer una caminata de una hora para bajar los subways que comimos de lunch; la segunda, un lago salino que me llamó mucho la atención por el color rosa que se veía en el agua.
A las 5, Tim me dejó en la estación del tren que me trajo nuevamente a casa… Aquí estoy esperando que termine la secadora para guardar los últimos triques en la maleta y mañana a primera hora emprender una nueva aventura hacia Grand Ocean Route.
Sobre mis compañeros de viaje, me quedó con Fun, que como su nombre lo indica, no dejó de sonreír todo el camino y tratar de suavizar la situación que de repente se volvió incomoda entre Danielle el italiano y Katherine la danesa.
Por supuesto con Tim!!! Y con el título de ser la primera y la última mexicana en uno de sus tours en los 12 años que trabajó como guía de turistas. Anoche brindó con nosotros y hoy nos agradeció por ser parte de su historia.
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